lunes, 16 de marzo de 2009

AUNQUE LA MONA SE CAMBIE DE NOMBRE...

Lo único que no distingue de raza, sexo ni condición es el reloj. El tiempo no pasa en balde para nadie. Un día eres el DJ más cool y más puntero del momento y once años más tarde estás acabado. Fatboy Slim se ha quedado desfasado. Envejecer es un accidente evolucionario que cada uno lleva como mejor puede y hacerlo con dignidad es todo un arte (como los cuernos). Hay quienes se abandonan a las suertes de numerosos escalpelos, se inyectan pócimas milagrosas o se empeñan en exhibir su decrépita anatomía ataviada (en el mejor de los casos, embutida en el peor) en tiendas de quinceañeros. Otros, como el susodicho, se adscriben a la escuela creada por Prince y presidida por Frank Black y se limitan a cambiarse el nombre en un intento fallido de reinventarse y calmar los estragos caprichosos que Cronos se empeña en perpetrar en nosotros (Fatboy Slim, Beats International, Pizzaman, Sunny Side Up, Fried Funk Food y un largo etcétera hasta llegar al de ahora: The Brighton Port Authority, B.P.A.). Al Peter Pan de las mesas de mezclas se le acabó la originalidad (¿de tanto usarla?) y este nuevo “más de lo mismo” denominado I Think We're Gonna Need A Bigger Boat rezuma el mismo sonido que le hizo triunfar una década atrás pero sin la chispa de entonces. Lo que en su día fue una bocanada de aire fresco se ha convertido en un tufo pesado y reiterativo. Sólo nos queda esperar que el enfant terrible por excelencia entierre pronto este cadáver que viene arrastrando desde tiempos inmemoriales y cree algo, con el nombre artístico que sea, pero que suene nuevo.