miércoles, 21 de enero de 2009

DÍA 1 DESPUÉS DE G.W.B.

Tendrían que instaurar un nuevo calendario, por que si hemos sobrevivido a la presidencia de George Bush Jr., no hay nada que se nos resista. Desde aquí, declaramos que hoy es el día 1.º d. G.W.B.

(La foto, como no podía ser menos, a la izquierda. Ahí, donde más le duele.)



Hoy es un gran día para la humanidad… Pero no porque sea el primer día que Barack Obama ostenta la presidencia de los Estados Unidos (que no es que diga yo que el hombre no tenga su mérito) sino porque George W. Bush, un exalcohólico que no sabe ni dónde tiene la mano derecha y autor de una de las guerras más injustificadas (si es que alguna no lo es) y de sumir al mundo entero en una de las crisis económicas más voraces y profundas de la historia, entre otros muchos despropósitos, ha dejado su trono de reinona desde donde miraba con desprecio al resto del planeta para dedicarse a quién sabe qué haciendas (porque aparte de “cagarla” –y perdón por la expresión pero su poder gráfico la hacía necesaria– nadie sabe para qué sirve el susodicho). Lo triste es que un hombrecillo con este currículo pueda decir “yo he sido dos veces presidente del país más influyente del mundo”). Sin embargo, yo lamento la derrota de Hillary Clinton. Y es que, en mi opinión, un país como EE. UU. no está preparado (vaya todo lo que ellos consideran “libertades” por delante) para tener una mujer como presidenta. En su contra jugó el apoyo que otorgó a la guerra de Irak (algo descabellado, por supuesto), pero, seamos realistas: en un mundo de hombres, ¿qué se habría dicho de ella si se hubiera opuesto? Las críticas a su ñoñería, seguramente no se habrían hecho esperar, sin embargo, lo mismo que la hizo entrar en ese círculo, la hundió (a pesar de luchar como una jabata por la creación de una sanidad pública, tan necesaria en su país).

Cierto es que marca un hito la elección de un hombre negro como cabeza de gobierno, pero no lo neguemos, la de una mujer habría sido mayor aún (y no digamos la de una mujer negra y homosexual). Sin embargo, no hay que dejarse llevar por este tipo de aspectos: hay que votar a quien mejor lo haga dejando de lado cómo vista, con quién se acueste o cómo pase el tiempo libre (siempre y cuando esto no implique nada ilegal, por supuesto). Una cosa queda clara: la nefasta gestión de George Bush, un hombre que ansiaba el poder como triunfo personal como medicina para su frustración es algo seguro que ha quedado bien patente. El heroísmo de Obama, elevado a la categoría de salvador antes de su nombramiento, está todavía por llegar. Que el malo era peor, está claro, pero que el bueno lo es, queda por ver. Después de lo que hemos vivido, creo que mi escepticismo y mi poca esperanza en la raza humana está más que justificada.