A Telefónica y a su filial MoviStar se les llenan las bocas hablando de derechos de los usuarios y les encanta jactarse de cumplidores y garantes de las leyes (¡hasta mandan cartas para resultar más convincentes!). Por desgracia, todos los refranes trabajan y el “dime de qué alardeas y te diré de lo que careces” y “excusatio non petita, accusatio manifiesta” son en este caso sus razones de ser. Este gigante de las comunicaciones no tiene escrúpulos a la hora de pisotear y de incumplir las peticiones de quienes tienen la desgracia de contratarlos, por no hablar del nefasto servicio que dan. ¿Nunca se han preguntado ustedes de qué estercolero rescatan a esos trabajadores maleducados y defectuosos cuya única utilidad es la de servir de pared para jugar el frontón y a los que tienen que enfrentarse cada vez que les surge un problema con ests operadoras? Nosotros sí, en innumerables ocasiones; para ser más exactos el 99% de las veces que tenemos que contactar con ellos (el 1% restante corresponde a los casos en que damos con alguien que sabe hacer su trabajo). Realmente ignoramos si los eligen lobectomizados o les practican esta operación tras contratarlos.

¿Se sienten insultados los señores de Telefónica, MoviStar y demás empresas adláteres? Esto les sirve para hacerse una idea de cómo nos sentimos nosotros cada vez que ustedes nos ningunean, se desternillan de nosotros en nuestra cara y encima nos cobran por ello. Si quieren evitar artículos como éste, hagan el favor de dar el servicio que nos cargan y del que se glorifican.
Donde las dan las toman y callar es bueno.