lunes, 9 de febrero de 2009

CON “PE” DE PETARDA

De pánfila, de penosa y, sobre todo, de pésima actriz. Porque si Penélope Cruz se hubiera dedicado a ser jugadora profesional de parchís, el mundo del cine lejos de haber perdido nada seguramente lo habría ganando ya que quizás su plaza la habría ocupado alguien que supiera lo que está haciendo (por ejemplo, Candela Peña, un dos tres, responda otra vez). Pero esto es una constante en todos los ámbitos de la vida (especialmente en política). Y es que ¿cuáles son los méritos de esta señora para optar a todas esas candidaturas? ¿Haberse dejado arreglar hasta quedar monísima? Pues se ha equivocado de concurso, porque eso donde se premia en Miss España, no en los Oscar. Yo el premio se lo daría a quien la enseñara a hablar cuando ésta ya contaba con la tierna edad de treinta añitos (que ya es mérito, ya…). ¿O nadie recuerda el “Pedrazo” con que ensordecimos todos cuando leyó el nombre de la tarjetita en el Teatro Kodak? A partir de ese momento, Pe desapareció durante una temporada para volver ante los objetivos con una pubertad tardía ya cumplida y sorprendernos a todos con un cambio de voz considerable (aunque sin bigote) y unas palabras que brotaban del estómago y no de la garganta (la educación de colegio de pago que me proporcionó mi madre me hace abstenerme, no sin dolor de corazón, de caer en chascarrillos fáciles y soeces).

¿Alguien que no sea su madre y su representante se la creen en otro papel que no sea el de mimo (ahí estuvo hábil Amenábar), de maceta, de maniquí o de efigie? ¿Alguien me puede explicar, por favor, cuáles son las excelencias artísticas de esta buena muchacha? Si “desabrocharse” es una de ellas, lo hace muy bien, nos ha quedado claro (Jamón, jamón; La niña de mis ojos; Elegy), pero aparte de eso, yo todavía no la he visto actuar, aunque salir en películas, salga mucho. Recemos para que los gustos de la masa no den un vuelco hacia la calidad y Pe y la Obregón no se vean a obligadas nunca a tirar de título (presuntas “ciencióloga” y bióloga respectivamente), que bastantes problemas tiene ya el mundo de la investigación en España…

¡Ay! Cuánta razón tenía mi abuela cuando decía aquello de “que Dios te dé suerte, que el saber poco te vale”.

(En la foto, Pe inmortalizada cuando entregó la estatuilla)