Hace tiempo que no escribimos y
no porque no tengamos nada que decir, sino porque hay tanto que no sabemos por
dónde empezar (bueno y porque tenemos que estar pluriempleados para pagarles a todos los mangantes de este país). En el breve espacio de tiempo que lleva el PP en el
gobierno, creo que ni un mono con una ballesta podría haberlo hecho tan mal.
Jamás una herencia dio tanto de sí. Cierto que el PSOE dejó un agujero
importante, pero ¿quién gobernaba en Madrid, donde la verdad superaba la ficción
en más del doble? ¿Y en Valencia? ¿Y en Mallorca? En fin, lo teníamos muy
claro: en estas elecciones había que elegir entre un hijoputa y un tonto, y ganó
el tonto (qué le vamos a hacer, ya lo decía nuestra abuela, de un tonto no se
puede esperar nada bueno). Y aquí estamos, a punto de morirnos de hambre y con
la mitad del país en pie (falta convencer al otro medio).