¿Cuántas veces no ha comprado un electrodoméstico que le han vendido como la panacea, a los dos meses se ha quedado con el asa en la mano y el servicio posventa se ha desinfectado las manos? ¿Cuántos productos se ha comprado que a la semana estaban desechos y al ir a la tienda le han dado mil y una excusas para aburrirle (y no soltar el parné, todo hay que decirlo)? ¿Cuántos servicios no ha contratado que se han comportado como los novios (una vez metido, nada de lo prometido)?
Dado el desamparo al que estamos expuestos por parte de las administraciones, lo mejor es informarse antes de abrir la cartera.
Si quiere saber con quién se la está jugando antes de encomendarles su dinero y su confianza, consulte nuestro listado:
Vorwerk Thermomix: Ojo con quienes lo venden y cómo han cuidado la mercancía. No es la primera vez que le encasquetan al cliente una máquina que ha sufrido un golpe y lleva rotas o en mal estado la placa y la carcasa internas. A simple vista la máquina está perfecta, pero al poco tiempo funcionando surgen los problemas. El servicio de atención al cliente es pésimo y será el comprador quien tenga que pagar las consecuencias (en el amplio sentido de la palabra). Hay miles de robots de cocina en estos tiempos. Infórmese bien antes de adquirir “el que tiene su vecina”.
Caja de ingenieros en Barcelona: A la hora de “trincar la pasta” los mejores: un millón de facilidades, amplios horarios, abren los sábados y te dan caramelitos. Pero, ¡ay, amigo!, para devolverla. Pobres de los que quieran retirar lo que depositaron. Prepárense a sudar. Hasta un año han tardado en estas oficinas para devolver el dinero de recibos que han pagado con órdenes contrarias firmadas. Falsas promesas, las que quiera. Efectividad, cero.
LaCaixa: Para echar de comer aparte. Con eso de que son de las entidades más saneadas, se toman las libertades que quieren. Para ingresar, todas las puertas (y ventanillas) están abiertas, sonríen incluso, sacan hasta la alfombra roja de los domingos pero retirar es otro cantar. Recurren incluso a la mentira con tal de demorar los pagos de lo que viene siendo NUESTRO dinero (de casta les viene). Por no citar la mala educación con que nos agasajan cada vez que nos adentramos en las distintas oficinas.
MI-SA-KO: MI-KA-KA para quienes han picado. Bolsos de ínfima calidad, nula claridad a la hora de informar sobre la no devolución del efectivo del producto y vendedoras cargadas de un arsenal de posibles situaciones absurdas a las que podríamos haber sometido el producto para que se rompa. Surrealista… El ejemplo sobre el que se forjó la frase “lo barato sale caro”. Mejor evitar estas tiendas.
CASA: Campeones en anunciar ofertas y descuentos que no se aplicarán por motivos tan de peso como que no hemos recortado el vale y le hemos llevado la publicidad entera. Unos ases en prácticas presuntamente fraudulentas y nada claras para atraer clientes. Ni se molesten en informar a las oficinas centrales, son conscientes de estos hechos y hacen caso omiso de los mismos (la pela es la pela). Hay otras opciones mucho mejores. Será por tiendas…