Tras los dos últimos artículos publicados, hemos recibido varios correos de un individuo que se autodenomina nacionalista valenciano, izquierdista y plural (sobre todo de lo último no nos cupo la menor duda) haciendo alarde de su apertura de miras y destilando talante y “buen rollito”, como se suele decir. Su misiva, aparte de faltas ortotipográficas y gramaticales (pobre, creerá que el colmo de la ecuanimidad es escribir sin mayúsculas, para no dar preponderancia a unas letras sobre otras. A esto ha quedado reducida la lucha obrera…) es una fuente de demagogia barata y acusaciones políticas.
Está claro que, en las cabecitas enfermas de los ultras (sean del color que sean) lo de la neutralidad es algo que no ha lugar pero, en fin, esta bitácora es pública y la puede leer todo el mundo (si lo comprende o no es algo que queda supeditado al capricho de la educación y de la lotería de la genética de cada uno).
A ver, para que nos entiendas, querido ser que respira: todavia stams kiens incluims la abstncion ntre nustras librtads politiks y egrcms l drcho a no aqdir a ls urns si creems q no hay opcions adqadas. pnsar es, prsuntamnt, una kpacidad humana y algunos, la usams. Kiza tu lo knsidrs de fachas, pero no ns imxta, lo segirms haciendo. La krítica es lo q ace a un pais abanzar. (Traducción: todavía estamos quienes incluimos la abstención entre nuestras libertades políticas y ejercemos el derecho a no acudir a las urnas si creemos q no hay opciones adecuadas. Pensar es, presuntamente, una capacidad humana y, algunos, la usamos. Quizás tú lo consideres de fachas, pero no nos importa, nos arriesgarnos y lo seguiremos haciendo. La crítica es lo que hace a un país avanzar.)
Nos encanta descubrir especímenes que en nombre de la libertad de expresión se autodeclaran nacionalistas acérrimos defensores a ultranza de la independencia de su autonomía, ciudad, barrio, comunidad de vecinos o lo que proceda, y reclaman respeto a ultranza mientras que te apuntan con el dedo inquisidor cuando pronuncias siquiera la palabra España. Es decir, para ser comprensivos y respetuosos tenemos que dejar piar por esa boquita sapos y culebras, y aguantar sin rechistar discursos enfermos e inexactos de nacionalismos e independencias absurdas mientras que a algunos se nos maldice y condena nuestro sentimiento nacional. Señores, si esta es la libertad de expresión que ustedes proclaman, nosotros nos cagamos en ella (con perdón) porque nos parece mucho más vil y rastrero esconder tras la palabra democracia semejante dictadura. No pidas lo que no estás dispuesto a dar.