lunes, 5 de julio de 2010

EL GOL DEL ESTATUTO

El pasado fue un gran fin de semana rico en proezas. De los mejores, a juzgar por lo que cundió: ganó España, sí (no me pregunten por cuánto, me enteré por los berridos de la desaforada afición), entró en vigor el IVA del 18% (excelsa medida que, según parece, nos sacará de este atascadero económico de acelerones desacelerados) y también se aprobó el Estatuto de autonomía de Cataluña. Esto igual no trascendió tanto (sólo algunos saben por qué). Ahí, a traición (como todo lo importante que ocurre en este país) con nocturnidad y con alevosía. ¡Cuatro años han estado esperando a que la selección pasara de cuartos! Ya es mérito… Y tienen que ganar justo ahora, con el desmembramiento de España a punto de caramelo y con una crisis que va a mandarnos a todos a rebuscar entre las basuras si queremos algo que llevarnos a la boca… También es que son oportunos… En un momento en que el mayor número de jóvenes sobradamente pre-parados, como decía el anuncio, con currículos de infarto se dedican a poner extra de queso en cadenas de comida rápida cutres, los más afortunados, a once individuos de mentes preclaras les van (perdón, VAMOS) a dar, por la filosa, 600.000 euros libres de impuestos a cada uno, que se dice pronto, ni más ni menos que ¡por cumplir con su deber!

Sí, ganó la selección, pero la catalana, que nos ha metido el gol por la escuadra, de penalty y en tiempo muerto. El sábado ganaron once jugadores, el domingo perdimos 47 millones de contribuyentes.

Vi muchas lágrimas de alegría el sábado por la victoria de España, pero ninguna el domingo por la aprobación de semejante aberración como hoy lo conocemos, ni en su día por la amarga marcha del grandísimo Fernando Lázaro Carreter o por el desesperado abandono de Mariano Barbacid. Más vale que nos guardemos las lágrimas para cuando tengamos que llorar como apátridas lo que no hemos sabido defender como contribuyentes.